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jueves, abril 25, 2024
Opinión

“LOS PEGABANDERAS”

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¡Qué pena… ¡Ya me comprometí con…! (Regidor Propietario).

Cartago, era referente en los Juegos Nacionales. No en vano “el invento” nace en el Tecnológico, fruto del ingenio de un brillante Rafael Bolaños, aunque posteriormente otros pretendieron “robarse el mandao”. Pero esa no es la intención de estos párrafos, excepto resaltar que en “la Vieja Metrópoli” los atletas hacían acopio de medallas, en las exitosas justas iniciales, que con las décadas pasadas no solo no han perdido vigencia, sino más bien han crecido en expectativas.

Era público y notorio que organizar los Juegos Nacionales obligaba a una inversión millonaria. La comunidad, cantón o provincia organizadora, se beneficiaba con la construcción de instalaciones deportivas, para tan puntual festejo. El problema venia después de celebradas las competencias… A la hora de mantener en buen estado de conservación y aprovechamiento de las instalaciones, repletas en el momento de la celebración de los JN y después vacías. Y es así, como uno tras otro, con honrosas excepciones, aquellos recintos deportivos, “trapito de dominguear” de la comunidad, por un puntual espacio de tiempo, se convirtieron en verdaderos mausoleos, en estado de ruina y total abandono, salvo honrosas excepciones.

El asunto de la celebración de las competencias, en fechas determinadas “a priori”, y después variadas, en razón de justificaciones, como el retraso en las obras o la no terminación de alguna instalación deportiva, era reiterativo. Y otro factor a tener en cuenta, al margen del cemento, la varilla y el hormigón, es la materia prima, como son los deportistas, sus entrenadores y, por supuestos, los dirigentes.

Reiterar que “la ciudad con brumas”, cuando no existía el Polideportivo Municipal, era un recurrente campeón de Juegos Nacionales. Y fue a raíz de inaugurarse el Polideportivo, que los deportistas cartagineses empezaron a perder la hegemonía en el medallero final, hasta descender a puestos de comparsas, incongruentes con base en la inversión y el presupuesto gastado en su preparación Y es aquí donde no existe la cábala. La realidad es la pésima administración, amén del denunciado ante los Tribunales, el manejo incorrecto de los dineros públicos y, sobre todo, la pésima dirección deportiva del grueso de las disciplinas deportivas.

Dando por un hecho cierto que al frente del Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Cartago dejaron de estar las personas más idóneas para llevar a buen puerto el potencial atlético que la provincia tiene. La respuesta no tardaba en llegar: los resultados obtenidos, muy lejos de lo deseado, aunque congruente con el manejo poco profesional de los dirigentes nombrados al efecto, dada la nula capacidad de estos, para organizar, programar y ejecutar los programas deportivos y sus correspondientes micro-meso y macrociclos, con base en los objetitos trazados.

Pero nada, ni a nadie debe extrañar, que el Polideportivo Municipal de Cartago, en lugar de ser una fabrica de deportistas y espacio idóneo para desarrollar el talento de los atletas, que están bajo la organización de dicho organismo, ya que el citado Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Cartago, es objeto del deseo de los políticos de turno, con poder y votos en el Concejo Municipal. Y es así como de lo que se trata es de poner a amigos, legionarios, afiliados y -¿porque no decirlo?- “pegabanderas” o “correveidiles” afines, sin que en modo alguno interese si tienen capacidad, atestados, currículo, etc. para ocupar los puestos del CCDyR de Cartago. Y surge una gran pregunta: ¿si dichos puestos son “ad honorem”, dónde estará el confite? Es un hecho cierto que “entre bambalinas”, negocian los partidos políticos, para repartirse los cargos.

¡Y claro! Son los Regidores Propietarios los que se encargan del “trabajo de carpintería”, para llevar a los más adoctrinados, fieles o serviles partidarios, a la cúpula del deporte. La figura se llama “vergüenza ajena”.