
Antoine Griezmann es el futbolista más en forma de lo que llevamos de LaLiga 23/24, la temporada anterior fue nombrado MVP del campeonato, y este año podría volver a serlo. “El Principito” ya es todo un Rey. Y su maestro, un auténtico catedrático, “El Cholo”.
En plena vorágine de segunda etapa galáctica del Real Madrid, con los Cristianos, Benzemas, Kakás… Y de un tal Messi en el Barça, estaba surgiendo un chico francés de la cantera de la Real Sociedad, que apuntaba muy buenas maneras. Griezmann pronto deslumbró en la élite y el Atlético de Madrid lo supo ver muy pronto, pagando una cifra de 30 millones de euros por su traspaso.

En 2014, en 2015… Ya era nombrado como participante entre los mejores jugadores en el once a equipo del año. Y en 2016 se quedó tercero en el Balón de Oro y ganó el premio a mejor jugador masculino de la FIFA. En 2018, más de lo mismo terminando de nuevo tercero en el premio que otorga France Football. Premios individuales y a nivel de club, como ganar la Europa League 17-18 o la Supercopa de Europa.
El Barça llamó a su puerta. Y 120 millones de euros, tuvieron la culpa de que Antoine se marchara al club azulgrana. Allí nunca fue Griezmann. Ni siquiera sabía el mismo de qué jugaba. Con ese ‘17’ antiestético en la espalda, jamás rindió ni siquiera a un 60% de lo que es él.
Tras marcharse del Atleti de una mala manera y publicar un documental titulado “la decisión”, en el que parecía importarle poco lo que sentía el aficionado rojiblanco. Regresó.
Muchas aficionados, entre los que me encontraba, estábamos de uñas con él, tras volver al nido después de irse de aquella manera. Estábamos esperando que no jugara correctamente para entregárselo a los leones.
Pero ahí surgió la figura de Simeone. Primero, porque fue el argentino el que pidió el regreso del francés. Y segundo, el Cholo y Antoine, saben lo que es jugar en el Atlético de Madrid, el sacrificio defensivo que hay que hacer y que no sólo vale con el juego bonito, algo que nunca entendió Joao Félix.
Ahora en la actualidad, y olvidado su periplo azulgrana, debido a su tremendo trabajo y saber volverse a ganarse a todos los rojiblancos, con un enorme esfuerzo diario. El dilema es la falta de reconocimiento a un jugador que no hace mucho ganó el Mundial para su país, lleva 12 goles en 16 partidos, y ha sido colocado en el puesto número 21 en el último Balón de Oro.
“El principito” es todo un rey. Ojalá se den cuenta aquellos que dan los premios fuera de nuestras fronteras, y no sólo el Cholo y la afición rojiblanca.

Colaborador de Diario Deportivo CR, radicado en Madrid-España.