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jueves, abril 25, 2024
OpiniónSalud

“El Confinamiento”

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“Durante la guerra civil española (18 julio 1936 a 1 abril 1939) comíamos hasta cáscaras”, María Pilar Fuertes.

Columna “Mano a Mano”, por Juan Luis Hernández-Fuertes.

Estamos en una nueva realidad. ¡De repente estalló la guerra…! No son esas sirenas, que escuchaban nuestros padres, en los años 30´s, que obligaban a los ciudadanos a resguardarse en los sótanos de las casas, a la espera del estruendo de las bombas, para de seguido hacer recuento de daños y…de las víctimas. Ahora, 2020, el silencio total, nos revienta los oídos: no se escucha, pero se transmite. Los números oficiales, que dan los medios de comunicación, nos hacen buscar respuestas insólitas, sobrevivir al confinamiento, una puede ser “huir hacia dentro”, para derrotar a la soledad.

El confinamiento es la única arma de defensa que tenemos, para que el coronavirus (enemigo invisible y devastador) no logre su letal intención. El COVID-19 no distingue a razas, religiones, ideología o clases sociales; traspasa fronteras y se expande a la velocidad del sonido, de forma infrenable. Este es un nuevo mundo, una realidad diferente, para la que no estábamos preparados. Si bien, el ser humano está hecho de una materia especial y, de pronto, surge un ejército, nunca antes entrenado para luchar desde una trinchera desconocida.

Por otra parte, ahora resulta qué hay una población más en riesgo y, otros menos, pero no inmunes. Caótico es que en Italia deben decidir y optan “por no atender y dejar morir a los mayores de 70 años”, para dar espacio a los de menos edad y, supuestamente, con más opciones de sobrevivir a esta pandemia.

A estas alturas del siglo XXI, donde la ciencia y la tecnología, es generosa con los gobiernos, estos solamente se han preocupado de gastar cerebro y millones, en construir armas destructivas, nucleares o pasear por la Luna o Marte, y, en cambio, deciden aplicar el TRIAGE y dejar morir a los que han cometido el delito (?) de acumular décadas de años y de conocimiento, además de experiencia, para ser un referente social y familiar.

En consecuencia,, debemos aprender a vivir y resistir.

Pongámonos una tarea y aprovechemos que las redes sociales son un muy útil aliado. Es ocasión propicia, idónea y necesaria, para divulgar facetas que puedan aprovechar familiares, amigos, vecinos o desconocidos. En todos los casos se puede divulgar entretener y ayudar a los que están recluidos o a los que más lo necesitan. Cada uno, dentro de su campo dominante, no deben perder tiempo y darle sentido a esas 24 horas, o semanas y/o hasta meses.

Tiempo, por tanto, para inventar, crear, pensar, entretener o trabajar y hacer cosas para los demás, ya sea que los tengamos cerca o lejos, ya que es esta etapa de crisis no hay distancia. Escuché ayer, en televisión, a una mujer costurera, de mucha edad y sabiduría, que emplea su tiempo en coser mascarillas, para ayudar a su familia, amigos y centros sociales.

En fin, no hay espacio para el aburrimiento, En esta obligada reclusión -sin condenas ni rejas-, hay que reinventarse y darse a los demás. En nuestro caso, una programada presentación de tres libros, la sustituimos por la resolución de publicarlos, por capítulos, en las redes sociales -sin lucro alguno- cada mañana. Y de esa forma ayudar a distraerse un poquito, cuando el rato libre lo permita, ya sea haciendo un esfuerzo de la vista o diciendo a los nietos o los más jóvenes de la casa, que ayuden y activen la tecla de lectura, de la computadora actualizada.

Sí, empezaremos hoy, con “Jóvenes con Décadas”, en homenaje a los contemporáneos de 70 años o más, sentenciados, discriminadamente al TRIAGE. Después publicaremos con “Kioko Date”, que nos situará en Hiroshima: otro desastre químico deliberado de características similares al coronavirus. Y finalizaremos, con “El Narcea”, que es también un ejemplo de sobrevivencia, de una familia (“los Fuertes”), en tiempos bélicos y difíciles.

En fin, iniciamos la tarea por medio “LIDERES, somos todos”, grupo cartaginés que se creó hace 6 años, con la intención de incentivar programas sociales, que a muchos de los políticos -que conocemos-, no les interesan. Pero de “estos”, ya nos ocuparemos, cuando queramos desperdiciar el tiempo, que ellos solo utilizan en beneficio propio, con dedicación especial a la consanguinidad y a sus serviles, “correveidiles”, “alateres”, “pega banderas” y, en suma, testaferros. Ahora, es época de ¡ALARMA SANITARIA y SOCIAL, por eso recomendamos disciplinarse.

Siendo positivos siempre, empezamos hoy mismo a publicar.

De todas formas “YO ME QUEDO EN CASA”.