¡Cartago, vive, vive!” (Afición brumosa)
El cuadro brumoso se enfila a lograr (?) su undécimo torneo consecutivo ¡sin clasificar! El inquilino de Cantarranas acumula diez campeonatos sin ser protagonista, lo que es un indicador de la mala gestión deportiva realizada a lo largo de estos más de 5 años.
Todo el desfile de entrenadores que han llegado al “Fello” Meza, “iban a hacer historia”. Según ellos, con su trabajo y liderazgo, conseguirían lo que el aficionado azul tanto anhela, desde hace 8 décadas. Pero a final de cuentas, todo quedó en puras habladas.
Unos técnicos, llegaron solo a enderezar el rumbo; en cambio otros, tuvieron el aval para realizar las contrataciones al gusto, y tiempo para realizar una pretemporada y automatizar los aspectos físico-tácticos-técnicos requeridos, acordes con los ajustes de la planilla; sin embargo, la realidad tuvo un denominador común: “Quedar fuera de los 4 mejores”.
El C.S. Cartaginés, esta temporada, donde la promesas todo lo optimizaban, tras 9 partidos disputados, solo ha festejado dos veces y el resto ha bajado la cabeza (3 empates y 4 derrotas), lo que le posiciona en el décimo lugar, con unos pírricos 9 puntos de los 27 disputados. Es claro que el rendimiento es inadecuado, conforme al costo de su planilla y, sobre todo, cuerpo técnico. O dicho de otra manera: “el equipo está en la calle”.
Y si en lo deportivo, los resultados dan grima, en lo organizacional es para acudir a “la hora santa” y no cansarse de rezar. Como pueden, intentan ocultar ¿Qué va a pasar con un estadio hipotecado? ¡Claro, ahora surge el que pasaba por allí!, y manifiesta “que le dejaron solo”. ¡Que ironía! Basta con echar el casette atrás y ver el jolgorio de los anteriores dirigentes, cuando ganaron la elección, en una Asamblea, debidamente “computarizada”, pero carente de padrones. Lo evidente y celebrado, era que el préstamo ya tenía destinatarios asignados, para de inmediato salir en carrera y… “el ultimo que apague la luz”.
El pueblo cartaginés es sabio y “no come cuento”. Sabe bien aquello de “cuando aparecieron las excusas, desaparecieron los incapaces”, y no le engañan.
Ahora buscan de “chivo expiatorio” al portero, Darryl Parker -el más bombardeado del campeonato-, que ha evitado goleadas, con decisivas intervenciones. Sus “tres bomberazos” no han restado un solo punto al equipo. Todo es muy obvio… ¡Cortinas de brumas!
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