El Monstruo quedó debiendo en contundencia pues el resultado debió ser más abultado.
Dominar la pelota, encimar y ser superior al rival no es sinónimo de efectividad de cara al marco y el Deportivo Saprissa lo vivió ayer en carne propia, tras derrotar 2-0 al conjunto del Águila de El Salvador por los octavos de final de la Liga Concacaf.
Pese al abrumador dominio de los dirigidos por Walter Centeno, al final la falta de definición pesó y en beneficio de los cuscatlecos que ayer debieron salir goleados de San Juan de Tibás.
Johan Venegas desde el punto de penal y Michael Barrantes al cerrar una jugada en el corazón del área, fueron los anotadores del equipo morado que si fuera por merecimiento, mereció más, mucho más.
Ahora el Monstruo deberá jugar la próxima semana el partido de vuelta con un claro favoritismo para sacar la serie sin problemas, pero no podemos olvidar que el 2-0 es el marcador más engañoso del fútbol.
Centeno y sus dirigidos lo saben, deben trabajar para sentenciar la serie lo antes posible y evitar dolores de cabeza.
Fotografía cortesía del Saprissa.
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