Si hay alguien que se ha reivindicado con la gran victoria del Barcelona en la Supercopa española ha sido Gavi. El jugador sevillano ha dado un paso adelante.
Y sí, eso genera un gran dilema dentro de la directiva de Joan Laporta. Por increíble que parezca, Gavi aún tiene ficha de filial. De ahí de llevar el dorsal 30, y no el 6, que es el que le correspondería. Un jugador indiscutible en la selección española y en el propio equipo azulgrana, que figura aún como jugador en formación, cuando es un titularísimo a primer nivel.
El problema vuelve a ser el económico. Laporta ha prometido en innumerables ocasiones que harían un esfuerzo para hacerle contrato profesional. Pero como ocurre con Iñaki Peña, el portero suplente, o con Balde, el gran lateral izquierdo surgido de categorías inferiores; la firma de un contrato que les haga ser de todo derecho de la primera plantilla, no llega. ¿Por qué? Porque claramente es mucho más económico pagar como filial que como profesional.
La paciencia de Gavi está siendo infinita, porque la canción, de la nueva firma, aparece cada vez que el mediocampista hace una excelente actuación, pero después regresa al silencio hasta la siguiente ocasión.
Además de los casos citados, aparte del de Gavi, hay otro caso que clama al cielo y es el de Pablo Torre. Un jugador excelente, fichado del Racing de Santander, el cual Xavi estaría encantado de tenerle en el primer equipo, pero que está siendo ‘mareado’ por el club. Juega en el filial, pero tampoco todos los partidos, porque puede destacar demasiado, y que la afición le reclame para el primer equipo, lo que provoca que el jugador pida también una solución. En este problema pierde el jugador, que pide que si no se le da continuidad, se concrete su regreso a tierras cántabras.
Pero en el caso de Gavi, pierde el Barça. Todos los equipos de Europa, sobretodo los Premier, quieren al jugador culé. Y seguir con esta situación indefinidamente y no hacerle ‘el contrato’ va en perjuicio del interés azulgrana. Si se fuera, sería un error imperdonable para Laporta, incluso mayor que la marcha de Messi.
Toda la razón para el jugador. El lastre económico de la directiva de Bartomeu sigue presente en casos como este. Joan, sabe lo que es correcto y que el futbolista se merece un esfuerzo por parte del club. Ya debe dejarse de palabrería y excusas, pero sigue vendiendo humo, a pesar de la Supercopa.
Colaborador de Diario Deportivo CR, radicado en Madrid-España.
