El FC Barcelona vive la que quizás es la peor crisis institucional de su historia. El escándalo por el pago al ex vicepresidente de los árbitros podría acabar en sanción ejemplar.
Si La Liga quería que el caso terminara solo en una sanción económica, la intervención de la UEFA y la decisión de la justicia ordinaria española de denunciar también al equipo catalán, puede provocar que el asunto se convierta en el mayor escándalo de la historia del club y sus consecuencias imprevisibles.
Hace un mes saltó a la opinión pública un gran escándalo. El FC Barcelona, asignaba un gran presupuesto a Enriquez Negreira, ex vicepresidente de los Árbitros, para que les asesora en cuanto a cómo eran los demás árbitros que iban a pitar los partidos al equipo culé. Durante décadas se siguió con dicho proceso. Presidentes como Gaspart, Laporta ( en sus dos etapas), Rosell y Bartomeu; sabían perfectamente de la existencia de esta partida presupuestaria, y el destino de dicho dinero.
Al saltar el escándalo, los medios de comunicación pronto dieron a conocer que el posible delito había prescrito. Y que si acaso, solo podría haber una supuesta sanción económica. Todo es debido a que el Barcelona es una marca importantísima, dentro del pilar que sustenta La Liga de fútbol española.
Junto al Real Madrid, son las representaciones más importantes que hay en LaLiga. Por eso, duela a quien duela; se han pasado por alto -a lo largo de la historia- “anomalías”, como no pagar a Hacienda, asignaciones dudosas de colegiados o ciertas descalificaciones a terceros, que casi siempre o siempre, han acabado sin sanción. Y en esta oportunidad, todo se estaba preparando para que ‘El Caso Negreira’ fuera uno más, por parte de LaLiga, y así seguir vendiendo ‘El Clásico’, el partido que más dinero genera. Pero ha aparecido un tercer elemento, que nadie tenía previsto: la UEFA.
Todos mis lectores saben lo que pienso de la UEFA. No son ejemplo precisamente de buena conducta; pero si hace el juego de que los clubes que juegan sus competiciones deben de parecer limpios y dar impresión de solemnidad. Y en eso el Barcelona lo tiene muy mal, porque el escándalo es cierto, y la UEFA no quiere a ningún club que le ‘salpique’. Por eso lo más lógico, es que el organismo europeo sancione al Barça sin jugar un año la Champions; lo que supondría el descalabro económico definitivo para el conjunto azulgrana.
LaLiga, con el grandilocuente presidente Javier Tebas, quería mirar hacia otro lado. Pero el problema es que la UEFA pide explicaciones, y la liga española no quiere tampoco quedar mal con el organismo europeo.
El problema es de difícil solución. O sancionar al Barcelona para que de una vez por todas haga las cosas correctamente, o intentar dilatar en el tiempo una posible amonestación, como ha ocurrido en Inglaterra, con el City, para que con el paso de los días, todo se enfríe.
Pase lo que pase, la Federación Española de Fútbol y sus árbitros; así como todo el fútbol español, van a quedar estigmatizados por los demás, al ver que los arbitrajes no son imparciales. Y de comprobar cómo no se quiere sancionar por parte de los estamentos españoles al Barcelona, para no perder el modelo que vende el fútbol español; el Madrid- Barcelona.
No quiero un Barça en segunda, ni que pierdan títulos que ganaron justamente, sin ayuda arbitral. Pero también es hora, de que por una vez, todos seamos iguales, sin que haya que revisar el VAR.
Colaborador de Diario Deportivo CR, radicado en Madrid-España.
