Atlético de Madrid: De vergüenza en vergüenza
La afición colchonera ha pasado del “partido a partido” o de “ganar y ganar” a una espiral sin fin de crisis, una caída libre que no tiene límite.
Domingo, 14h. Horario malísimo para ir a un estadio de fútbol en España. Es hora de paella, de comida con la familia, o de volver de paseo a casa tras haber ido a Misa. Esto sumado a los últimos malos resultados del equipo, los precios de las entradas caras y que ya empieza a hacer frío en Madrid, provoca que las ganas de ir al Metropolitano mermen.
Pero aún así, una vez más, la afición atlética siempre está ahí. Yo, como miles de aficionados, nos mentalizamos de alguna manera y nos vestimos con abrigo, para ir al feudo rojiblanco. Esta vez, voy con mi hija pequeña, que tiene más ilusión que nadie por acompañarme. Ojalá salga el sol y disfrutemos de una sobremesa agradable…
Pero no. Nos sentamos en la grada, mi Teresa y yo. Y el horror ante nuestros ojos. Alguien debía de decirle a estos señores que Halloween ya pasó. Mi hija se centra en su bolsa de patatas fritas y yo en que se resguarde del frío, y que no se traume de lo que estamos presenciando.
Vergüenza a vergüenza. Más allá de la lamentable eliminación de la Champions, de estar a más de 10 puntos del liderato y de tener jugadores que solo piensan en reservarse para la cita mundialista, la verdadera vergüenza es reírse del aficionado.
No sólo se ríen los futbolistas, algunos que parecen que acaban de conocer lo que es un balón, sino también el propio club, que apuesta por un modelo obsoleto. El “Cholismo” está terminado, pero la directiva que forman Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, aún más.
La vergüenza se cura con decencia y Simeone debería ser el primero en reflexionar sobre lo que está ocurriendo. No me vale en él la última década, los títulos y las finales conseguidas. Hay que ver el presente y el ahora. Si el argentino se justifica que tiene lo que el presupuesto da, hay que recordarle que cuando tiene jugadores con calidad tampoco los usa ( Joao Félix). Y que si él se ve a la deriva, es mejor que se eche a un lado, aunque cobrar 23 millones de euros anuales y ser el entrenador mejor pagado de Europa, hace que intentes seguir ‘erre que erre’, en algo caducado.
Y en esta vergüenza la directiva tiene una culpa tremenda. La deuda es de 735 millones de euros. Es hora de vender el club y modernizarlo de verdad. Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, pertenecen a un fútbol español pasado, sólo sobreviven por los éxitos del equipo y la clasificación para la Champions.
El Atlético de Madrid necesita acabar con la crisis institucional que siempre ronda. No comprendo porqué aquí en España no nos llegan los jeques árabes, que si llegan a las islas británicas. Los que realmente tienen petrodólares y no son impostores. El Atleti debería tener como referencia al Manchester City, un club que vivió a la sombra del United y que hoy con una fuerte inversión, da gusto verlo.
Y dejo para el final a los señores futbolistas. Llevan más de un mes pensando en Qatar. Y lo malo es que en este mes, se ha perdido la Champions y la liga. Queda la Copa, de momento, hasta que llegue otra noche triste y fuera. Porque la vergüenza de esta plantilla es que muchos ni siquiera parecen profesionales. Y menos, jugadores para un nivel alto, que se presume al Atlético de Madrid.
Lo mejor de todo, que la afición atlética no volverá a ver al equipo como local hasta el 31 de diciembre, tras el Mundial. Hay que reflexionar, se hablarán de fichajes (ninguno de primera fila) y de distraer a la afición con los 120 años que cumple el club.
No te avergüences hija mía. El Atlético de Madrid volverá a resurgir, por aficionadas como tú que lo lleva en la sangre. La vergüenza para ellos, que no entienden de fríos, de emociones ni de domingos de sobremesa.
Colaborador de Diario Deportivo CR, radicado en Madrid-España.
