
Hay jugadores que se convierten en leyenda por sus goles, sus asistencias o simplemente por su carisma sobre el césped. En el caso de Paul Pogba, será recordado por sus innumerables polémicas.
Todo hacía presagiar que Paul Pogba sería un jugador que pasaría a convertirse en legendario. Dotado de un gran talento natural y de un físico portentoso, lo tenía todo para ser un futbolista histórico. Pero nadie se puso a sospechar que la polémica rodearía a toda su carrera. Una carrera llena de subidas y bajones, de momentos que casi alcanzaba la cima, para acabar en infiernos.

Todo comenzó en el club francés de Le Havre, en el que sus enormes capacidades, hicieron que rápidamente el Manchester United, lo fichará para su equipo de jóvenes promesas. Con solo 18 años debuta, en el primer equipo, pero decide marcharse a la Juventus de Turín. Sir Alex Ferguson, quedó muy contrariado por esta decisión, y tildó al francés de irrespetuoso.
Su llegada a Turín, fue lo que propició que su fama y popularidad se dispararan. Era un jugador elegante, de un gran primer toque, y un excelente disparo. Se acompañaba en la medular, con nombres de tal calibre como Andrea Pirlo o Arturo Vidal, donde el fútbol se desarrollaba desde una técnica exquisita, hasta fútbol de físico y recuperación. Ahí, Pogba se encontraba como un pez en el agua; ganando la Juventus el Scudetto, y perdiendo la final de la Champions, ante un magnífico Barcelona, con Messi, Neymar, y Luis Suárez, en su delantera.
Durante ese periodo, comenzó el ‘tonteo’ con los grandes europeos, para hacerse con su fichaje, por una cifra cercana a los 120 millones de euros. El Manchester United, en 2016 fue quien finalmente pagó esa cantidad para recuperar al francés, que se había marchado gratis 4 años atrás.
Su segunda etapa en Old Trafford, fue la de la llegada de un ‘rey mimado’. Se creía más que nadie, y eso afectó profundamente su relación con el vestuario. Ganó dos títulos únicamente; la Europa League y la Carabao Cup. Pero de esa etapa, lo más recordado es su enfrentamiento con Mourinho. Se le retiró, la capitanía, por parte de entrenador portugués, por reírse tras una derrota de los diablos rojos, fue en 2018.
Tras este incidente, se marchó con la selección francesa, donde exhibió un gran nivel en el Mundial. Pero su regreso, tras la cita internacional, al Manchester United, se convirtió en un calvario. En un club convulso, Pogba encontraba algo de paz, en sus concentraciones con la selección gala. Pero tampoco la selección ‘blue’ se libró de sus polémicas. Fue capaz de contratar a un brujo, para intentar provocar un mal de ojo, a su compatriota y compañero del equipo nacional galo, Mbappé.
En un momento, de gran incomodidad, decidió volver a la Juventus de Turín. En esta segunda etapa, ha estado más tiempo lesionado, que en activo. Además, su comportamiento ha vuelto a dejar mucho que desear. En ocho meses, sólo ha jugado dos partidos. Quejas constantes en la rodilla, el muslo, y el menisco, han sido su tónica constante. Allegri tuvo que apartarlo del equipo, tras llegar tarde a una concentración ante el Friburgo. Marco Tardelli, leyenda del club turinés, censuró a Pogba, señalando que el jugador francés se había ido a esquiar, mientras sus compañeros de club entrenaban.
La última polémica del positivo en testosterona en el control antidoping, no es más que un nuevo capítulo, en un jugador, que quizás si hubiera tenido la cabeza amueblada hubiera sido un jugador irrepetible.
Que pena que nunca se haya arrepentido de sus pecados.

Colaborador de Diario Deportivo CR, radicado en Madrid-España.