El estratega manudo está en el ojo del huracán y aunque ha tomado decisiones cuestionables, la nueva derrota manuda no puede recaer únicamente en sus hombros.
Liga Deportiva Alajuelense volvió a fracasar tras no conseguir el título 31 y tener que conformarse con el trofeo de subcampeón, después de que su archirrival le remontara la serie y le dejara tendido en la lona.
Fallar a la hora grande se ha vuelto prácticamente una costumbre en Alajuelense, al punto que desde el torneo de Clausura 2013-2014, la institución rojinegra sólo ha sido capaz de ganar un título de los 19 en disputa.
Ciertos sectores de la afición rojinegra y de la misma prensa señalan al estratega argentino como el principal responsable del nuevo fracaso manudo, pero ¿La culpa es de Andrés Carevic? Echar todo el peso en la figura del entrenador no pareciera ser muy sensato y menos, cuando a nivel de dirigencia deportiva se han tomado pésimas decisiones.
Es claro que el director técnico tiene un estilo muy marcado, que está completamente casado con una idea de juego y que, conforme avanzan los minutos, si el equipo rival logra detener a Alajuelense por los costados, parece que desde el banquillo se quedan sin ideas. No hay factor sorpresa, más allá de cambiar a jugadores de perfil.
No obstante, don Andrés no tuvo la culpa de la horrorosa salida de Adonis Pineda cuando Alajuelense perdió el cetro del año de celebración de su Centenario ante el Herediano. Carevic tampoco es responsable que los manudos desperdiciaran tres lanzamientos desde el punto de penal y no pudieran derrotar en aquella oportunidad al Saprissa… Y lo ocurrido el domingo anterior cuando Johan Venegas de manera insólita, desperdició la ocasión que pudo haber marcador una diferencia en la Gran Final.
Y si volvemos a ver a los hombres de recambio y nos ponemos en los zapatos de Carevic, el panorama se vuelve oscuro e incierto, ya que los jugadores que conformaron la suplencia el domingo anterior, con todo respeto, están muy lejos de ser ese cambio revulsivo que un equipo grande como Alajuelense debe tener.
La gestión deportiva encabezada por Antonio Solana -quien se fue hoy oficialmente del club manudo- de seguro no será recordada en la institución eriza. Esa ocurrencia de planillas cortas con jugadores limitados continúa pasando una factura carísima y para colmo de males para la afición rojinegra, esa factura se las cobran en las finales, donde más duele.
Andrés Carevic y Alajuelense deben volver a levantarse. Quien asuma la gerencia deportiva, tiene el reto mayúsculo de hacer esa famosa “limpia” y de manera paralela, realizar contrataciones de jugadores que sean del agrado del técnico, para intentar armar un equipo que no sólo de la pelea en las finales, sino que sea capaz de ganarlas.
Dedicaré otras líneas a los jugadores, los que para este servidor, son los máximos responsables de ese agujero negro en el que hoy se encuentra “el equipo de su gente”.
Apasionado del deporte desde muy corta edad. Con 13 años de ejercicio periodístico en diferentes campos (Política, Judiciales, Economía, Desarrollo de proyectos y la escena deportiva).
